La
situación actual de nuestro planeta es muy delicada. A medida que las
actividades humanas crecen y las necesidades materiales se hacen más complejas,
aumenta nuestro impacto en el ambiente y los recursos naturales. Todo esto ha
traído como consecuencia que se rompan los equilibrios imprescindibles para la
continuidad de la vida en la Tierra. La degradación de los ecosistemas, la
contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales son problemáticas
que afectan a todo el planeta y a todo ser vivo que lo habita, incluyendo a los
humanos.
Sin
duda es nuestra responsabilidad detener, o al menos disminuir el deterioro
ambiental, los pequeños cambios en nuestros hábitos diarios son imprescindibles
para conseguir un planeta más saludable y que las generaciones actuales y
venideras disfruten de los recursos en armonía con el resto de seres vivos.
La
regla de las tres erres, también conocida como las tres erres de la ecología o
simplemente 3R, es una propuesta sobre hábitos de consumo. Durante la Cumbre
del G8 en junio de 2004, el Primer Ministro del Japón, Koizumi Junichiro,
presentó la Iniciativa, y explicó que ésta busca construir una sociedad
orientada hacia el reciclaje. En abril de 2005 se llevó a cabo una asamblea de ministros
en la que los representantes de más de 20 países discutieron la manera en que
se podrían implementar de manera internacional acciones relacionadas a las tres
erres.
Este
concepto hace referencia a estrategias para el manejo de los residuos que se
producen todos los días en nuestro hogar o en la industria, buscando ser más
sustentables con el ambiente y reducir el volumen de basura generada.
Reducir
Se
refiere principalmente a consumir menos, evitar comprar objetos nuevos o de
moda que seguramente terminarán en la basura, y por lo tanto, contaminando.
También se refiere a disminuir nuestro gasto de agua y energía, ya que las
fuentes actuales son altamente contaminantes. De este modo agotaremos menos
recursos, generaremos menos contaminación y basura y, desde luego, ganaremos en
calidad de vida. Si viajamos más el transporte público o en bicicleta, usamos
pilas recargables, apagamos las luces y desconectamos los aparatos eléctricos
cuando no los utilizamos, estaremos contribuyendo al ahorro energético.
Reutilizar
Es
otra de las actitudes que necesitamos poner en práctica para disminuir la
contaminación y dejar de degradar el ambiente. Es necesario utilizar al máximo
las cosas que ya tenemos, sin necesidad de tirarlas o destruirlas, es decir;
alargar la vida de cada producto. La mayoría de los bienes pueden tener más de
una vida útil, ya sea reparándolos o utilizando la imaginación para darles otro
uso y de este modo evitar comprar cosas nuevas, sobre todo aquellas que están
hechas de materiales contaminantes como el plástico o unicel.
Reciclar
Se
trata de rescatar lo posible de un material que ya no sirve para nada
(comúnmente llamado basura) y convertirlo en un producto nuevo. Es una forma en
la que se reincorpora la materia prima al ciclo los materiales para crear
nuevas cosas sin necesidad de gastos energéticos y sin aumentar el volumen de
residuos. El reciclaje ha de volverse un hábito, para poder conseguir un
equilibrio entre lo que se produce, lo que se consume y lo que se desecha,
intentando siempre generar la menor cantidad posible de basura. Reciclar
vidrio, materia orgánica, llantas o
plástico, son algunos ejemplos.
Siempre
hemos producido residuos como suciedad, pero es ahora, y en la sociedad de
consumo en la que vivimos desde hace años, cuando el volumen de las basuras ha
crecido de forma desorbitada y acumulativa, incrementado su toxicidad hasta
convertirse en un gravísimo problema medio ambiental. Estamos inmersos en la
cultura del usar y tirar, y en la basura de cada día están los recursos que
dentro de poco no tendremos. Cada ciudadano genera en promedio 1 Kg de basura
al día, lo que da 365 Kg al año.
Esta
basura doméstica va a parar a vertederos, y en muchos casos a incineradoras.
Buena parte de esos residuos, el 60% del volumen, lo constituyen envases y
embalajes, en su mayoría de un solo uso, normalmente fabricados a partir de
materias primas no renovables, o que aun siendo renovables se están explotando
a un ritmo superior al de su regeneración. La madera, otro ejemplo, para la
fabricación de celulosa, es difícilmente reciclables una vez se han utilizado,
y seguimos talando bosques enteros sin parar.
A
lo anterior tenemos que añadir que en el hogar también se producen residuos
derivados de pinturas, disolventes, insecticidas, productos de limpieza. Toda
esta basura y residuos tóxicos pueden ser: llevados a vertederos, pero ocupan
mucho terreno y contaminan suelos y aguas; incinerados, pero emiten
contaminantes atmosféricos y se producen cenizas y escorias muy tóxicas.
Resumen
Nombre del Articulo
Reducir, reutilizar y reciclar
Descripción
Sin duda es nuestra responsabilidad detener, o al menos disminuir el deterioro ambiental, los pequeños cambios en nuestros hábitos diarios son imprescindibles para conseguir un planeta más saludable