El tratamiento de las aguas, es una forma de regresar al ambiente las aguas que han sido contaminadas con desechos orgánicos (sanitarias) o químicos (industriales), pero con la menor cantidad de estos contaminantes presentes en ellas; de modo en que se impacte lo menos posible las condiciones naturales de los cuerpos receptores (ríos, mares, lagunas).
El
tratamiento de aguas en sí, emplea diversas técnicas y procesos para la
eliminación de dichos contaminantes, procesos físico-químicos, biológicos, de
separación física mediante el empleo de membranas y de desinfección.
Sin
embargo, en el proceso de tratamiento se generan subproductos que pueden causar
malos olores en los alrededores de las Plantas
de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), hecho por el cual se puede
generar un rechazo de las poblaciones aledañas a la instalación de PTAR en sus
locaciones. Por ello el conocimiento de la fuente de los olores y de las
tecnologías para su control toma importancia. Normalmente los malos olores
están asociados a la generación y tratamiento de residuos sólidos como el lodo
biológico o químico, así como con el manejo del agua residual misma y con la
degradación de la materia orgánica dentro de la planta de tratamiento.
Sabiendo
que la composición de las aguas es muy diversa, la causa principal de los malos
olores es variada también. Toda planta de tratamiento sea físico-química o
biológica, con procesos aerobios o anaerobios mal diseñada u operada es susceptible
a generar malos olores.
El
medio anaerobio (sin oxígeno) es el más propenso a generar malos olores sobre
todo cuando en las aguas se encuentran concentraciones de sulfatos o sulfuros,
que pueden producir Sulfuro de Hidrógeno (H2S) con el característico olor a
huevo, el cual es un producto natural de la descomposición anaerobia de la
materia orgánica.
En
los medios aerobios, la causa principal de mal olor es una mala oxigenación o
aireación del agua que genera la muerte de los microorganismos provocando mal
olor.
Algunas de las causas
principales de los malos olores se pueden resumir:
Mal
diseño de la PTAR lo que incluye errores en el dimensionamiento de equipos,
tanques o biomasa.
Deficiencias
en la operación, falta de control en las variables de operación como: cantidad
de oxígeno disuelto, fugas, acumulación de lodos (bacterias) viejos o muertos,
acidificación de reactores, error en la dosificación de químicos, quema de
biogás deficiente.
Las soluciones a los
problemas de olores en las PTAR van desde simplemente adecuar el diseño y
operación de las mismas, hasta evaluar incluir nuevas o diferentes tecnologías
y procesos dentro de la PTAR para evitar la producción de olores, gestionando
de manera más eficiente el empleo de microorganismos para la degradación de los
contaminantes, ejemplo:
Si
se trata de un proceso aerobio es importante medir constantemente la
concentración de oxígeno disuelto en el agua, un medio sin oxígeno es mortal
para los microorganismos que al pasar a condiciones anóxicas morirán generando
malos olores.
Es
de vital importancia amortiguar los cambios en el pH y salinidad (medida en
Conductividad Eléctrica); ambos producen que el metabolismo de los
microorganismos se altere llevándolos a ser más lentos y por ende ineficientes
en la remoción de los contaminantes. Los cambios en el pH también volatilizan
el H2S.
Verificar
el diseño de los sistemas, tiempos de residencia y sobre todo dimensionamiento
de los equipos. Un buen diseño es clave para que el sistema tenga la capacidad
de tratar el flujo para el que fue diseñado.
Uso
de filtros de carbón activado pueden ser una opción para retener los malos
olores en el carbón el cual los absorbe.
Resumen
Nombre del Articulo
¿Cómo mitigar el olor de aguas residuales?
Descripción
El tratamiento de aguas en sí, emplea diversas técnicas y procesos para la eliminación de dichos contaminantes, procesos físico-químicos, biológicos, de separación física mediante el empleo de membranas y de desinfección.