Esta pandemia mundial que deja hasta
ahora más de 4.200 muertos en 116 países del mundo, paradójicamente le ha
generado un respiro al planeta. La parálisis industrial en países como China,
la reducción del número y frecuencia de vuelos entre distintos destinos, así
como del tráfico vehicular interno en algunas ciudades han permitido que el
nivel de emisiones de gases de efecto invernadero haya disminuido.
Aunque el alivio será momentáneo y no
resolverá de fondo la crisis climática existente, lo cierto es que el
coronavirus sí le ha dejado buenas noticias al medioambiente.
El cierre de fábricas y comercios en
China, al igual que las restricciones de viaje impuestas para hacerle frente a
la pandemia, produjo una disminución en las emisiones de dióxido de carbono (CO2)
de, por lo menos, un 25%, esto debido a la baja sustancial en el consumo de
combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón, entre otros). Esta cifra
representa, a su vez, una reducción del 6% a nivel global.
La demanda de electricidad y la
producción industrial de China permanecen muy por debajo de sus niveles
habituales, según varios indicadores. Esta tendencia se ha mantenido. Se calcula,
de hecho, que durante las últimas tres semanas el gigante asiático emitió 150
millones de toneladas métricas (mtm) de CO2 menos que durante el mismo período
del año pasado, el equivalente a todo el dióxido de carbono que una ciudad como
Nueva York emite durante un año.
Sin embargo, se teme que las medidas
que adoptadas por las autoridades y las fábricas para estimular la economía y
el regreso de los trabajadores a las fábricas vuelvan a aumentar las emisiones
contaminantes por encima de los promedios históricos en su afán de recuperación
financiera.
A pesar de esto, el impacto del
coronavirus en la naturaleza, al parecer, por factores como la cancelación de
los vuelos comerciales entre países de la Unión Europea y Estados Unidos. El 5%
de la contaminación del mundo pertenece a los vuelos de aviones. El grupo de
aerolíneas Lufthansa informó, por ejemplo, sobre la cancelación 7.100 vuelos
hasta finales de marzo debido a la caída de la demanda por la propagación de la
pandemia. El mayor porcentaje de estos viajes eran a Alemania, al norte de
Italia e Israel, debido a que esta última nación prohibió el ingreso de
viajeros de Austria, Suiza y Alemania.
En 2019, el cambio climático tuvo
graves consecuencias sobre la salud, la comida y el hogar de millones de
personas en el mundo. Además, puso en riesgo la vida marina y una gran cantidad
de ecosistemas, asegura el informe sobre el Estado del Clima Mundial publicado
este martes por la Organización Meteorológica Mundial.
Durante la presentación del informe,
el Secretario General de la ONU y el líder de la OMM, declararon que a pesar de
que en este momento existe una preocupación mundial por el coronavirus, no
deben reducirse los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.
El coronavirus es una enfermedad que
esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el cambio climático
ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de
acción continua.
El calor del océano está en un nivel
récord, con temperaturas que aumentan al equivalente de cinco bombas de
Hiroshima por segundo. Contamos el costo en vidas y medios de vida humanos a
medida que las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y las
tormentas extremas cobran su precio mortal. No tenemos tiempo que perder si
queremos evitar una catástrofe climática.
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El impacto positivo ambiental del coronavirus
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Esta pandemia mundial que deja hasta ahora más de 4.200 muertos en 116 países del mundo, paradójicamente le ha generado un respiro al planeta.